¿Por dónde comenzar a hablar de este magnífico documental? Cuando uno ve este tipo de películas tan movilizadoras siente la paralela sensación de querer decir mucho y, al mismo tiempo, quedarse sin palabras. The Revolutionary Optimists te invita a conocer las realidades más dramáticas que se viven en la sociedad india y, al mismo tiempo, la inexplicable actitud positiva con la que niños (sí niños de apenas 13 años!) buscan cambiarla.
Una misma realidad puede ser contada desde múltiples miradas, perspectivas y enfoques. Eso es lo que permite la magia del cine. Las decisiones tomadas respecto de esa mirada, esa perspectiva y ese enfoque es lo que puede hacer que tu película resulte extraordinaria o poco interesante. Y allí es donde el equipo creador de The Revolutionary Optimists supo dar en el acierto.
La escasez y la falta de acceso de agua potable en la India son temas ya conocidos por todo el mundo. El rol marginado de la mujer en comparación con las libertades del hombre en este país (como en otros de la región) no es algo nuevo. Pero ¿Qué ocurre cuando estos temas son relatados desde la vivencia, la mirada y la percepción de niños de apenas 11 o 13 años? Allí es donde The Revolutionary Optimists se convierte en una verdadera obra maestra.