Al terminar de ver varias de las películas ambientales, hay veces en las que uno sale de la sala del cine con una mezcla de sensaciones: tristeza, culpa, impotencia, reflexión y necesidad de cambio. Pero cuando pasen los 84 minutos de Occupy Love sentirán una hermosa emoción de despertar en su interior, una reafirmación respecto de la necesidad del cambio y del modo en que dicho cambio debe llevarse a cabo.
Para hablar de este filme debo admitirles que debo ser sincera: no encontrarán aquí una problemática particular sobre el medio ambiente, no encontrarán tampoco una explicación científica sobre el cambio climático ni cómo está elevándose el nivel del mar, no encontrarán probablemente proyectos de energías renovables que se presenten como una alternativa a lo empleado en la actualidad. Nada de esto podrán encontrar en Occupy Love.
¿Qué verán entonces en la producción de Velcrow Ripper? Nada más y nada menos que la importancia de las movilizaciones sociales a nivel mundial en la búsqueda de luchar por la necesidad de cambio de hábitos, políticas y acciones para proteger a nuestra sociedad presente y futura y al medio ambiente en el que habitamos. Podría decirse que Occupy Love debiera ser el último documental ambiental para ver ante el cual uno pueda decir: "Ya vi todo el daño que le hice al planeta, a las otras especies y al propio ser humano. ¿Cómo me manifiesto ahora contra las autoridades públicas y privadas para que el cambio sea una responsabilidad de todos?"
El cómo es la clave narrativa de la propuesta cinematográfica y de allí deriva esta "ocupación" pero con "amor". Para dar cuenta de ello, el equipo norteamericano ha logrado captar en imágenes desde los momentos más solidarios que se viven en las manifestaciones, las huelgas y las marchas hasta los más intensos de represión política y policial que nos invitan a preguntarnos una y otra vez: "¿Dónde quedó el amor entre los seres humanos?"
La película cumple con las características propias del género documental al combinar la filmación más organizada y esquematizada con imágenes con cámara en mano que acompañan las movilizaciones. Además, cuenta con la voz de reconocidos representantes del activismo ambiental, como el protagonista del documental No Impact Man, Colin Beavan. En este aspecto, los invito a concentrarse en las reflexiones de un joven personaje, creo que logra callar a muchos políticos y empresarios adultos. ¡Simplemente magnífico! La diversidad se hace presente, además, en las locaciones elegidas para mostrar esta realidad activista, desde Wall Street en Estados Unidos hasta el multiculturalismo de Bolivia. Quizás puedan apreciar un cierto predominio en lo ocurrido en la ocupación de Wall Street pero hay que pensar el simbolismo de dicho acto en ese determinado lugar pues se trata ni más ni menos que de la cuna del capitalismo.
Occupy Love es una película optimista sobre el cambio pero también sobre el cómo ese cambio debe exigirse y manifestarse para que los resultados de dichas acciones sean realmente sustentables desde el punto de vista político, económico, ambiental y social. La clave está en el ser de uno y en las ideas con las cuales uno forme ese ser, pues ello jamás podrá ser reprimido por nadie.
Les comparto el tráiler para terminar de invitarlos a sumarse a este activismo cinematográfico.
Occupy Love se proyecta en el Green Film Fest hoy, 16 de agosto, a las 12.30 y el próximo miércoles 21 a las 17.30 en Cinemark Palermo, Buenos Aires.
MARAVILLOSA....
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